En la tarde de ayer, el Plenario de Comisiones del Senado no obtuvo el quorum necesario para aprobar, sin debate, el proyecto de estatización de la Universidad de las Madres que, actualmente, cuenta con tres carreras. Los senadores del interbloque FAP-UNEN no estuvieron presentes para firmar el proyecto diseñado desde el seno del oficialismo. Los representantes de la oposición esperaron fuera del Salón Eva Perón para evitar un escándalo de proporciones. Según el proyecto, el Estado debería hacerse cargo de la deuda de la Universidad que, como también publicó este medio en forma exclusiva, al igual que el resto de las instalaciones de la Fundación, incluida la calesita que funcionaba frente a sus instalaciones, durante ocho años no pagaron la luz, entre otros impuestos. "Que Hebe de Bonafini devuelva los fondos que mal gastó" declaró el senador radical Gerardo Morales, uno de los más críticos del proyecto oficialista. No fue el único.
Mientras tanto, ex estudiantes y profesores de la Universidad denuncian aprietes, nula libertad de expresión y que el proyecto encubre el desembarco definitivo de docentes y militantes vinculados con La Cámpora y la facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata, dirigida por Florencia Saintout. La invitada habitual de 678, premió el año pasado con el premio "Libertad de Expresión" a Hebe de Bonafini. Sin embargo, varios docentes de esa casa de estudios renunciaron tras la polémica entrevista que la Madre de Plaza de Mayo le realizó al flamante, jefe del Ejército, César Milani a comienzos del 2014. "Lo de Milani fue el punto de quiebre definitivo, el maltrato no se aguanta más" asegura una docente que prefiere mantener el anonimato.
La historia del llamativo interés del gobierno nacional por estatizar la Universidad de Bonafini promete nuevos capítulos.
Por Luis Gasulla
@luisgasulla
Autor de El negocio de los derechos humanos
Publicado en Perfil.com
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