martes, 28 de abril de 2015

Ogromnoe pasib, Rossiya! Gracias, Rusia!


El 24 de abril, CFK tuiteó Ogromnoe pasib, Rossiya, gracias Rusia! La Presidenta volvió exultante de su gira por el país asiático y su encuentro con Bladimir Putin, un presidente un tanto autoritario, que viola los derechos humanos y persigue a los homosexuales.  En octubre del 2014, los mandatarios habían sellado un acuerdo por la incorporación del canal de televisión estatal ruso en la programación de la TV Digital. En esta ocasión, fueron más allá y firmaron un convenio secreto y preliminar para la construcción de una central nuclear.

Exactamente es un convenio entre Nucleoléctrica Argentina SA (NA-SA) y Rosatom Overseas. Estampó su firma el Ministro de Planificación, Julio De Vido el Presidente de la empresa rusa, Sergei Kirienko. ¿Se acuerdan que hablamos de la venta de uranio enriquecido a Irán? Bueno en el convenio se habla del tema: “Construcción de una planta nuclear con un reactor de uranio enriquecido y agua liviana con tecnología WVER 1000 con una potencia de 1200 megavatios”.

 En solo dos diarios apareció una noticia que precedió al encuentro de Cristina con Putin. Fue Página 12 la excepción que publicó la venta de misiles rusos a Irán. El 17 de abril, la semana anterior a la visita de la Presidenta argentina a Rusia, el diario oficialista le dedicó una carilla a esa información. Tras la liberación de la Casa Blanca de la venta de misiles antiaéreos rusos, Irán adquirió misiles S-300 que serán entregados a Teherán antes de fin de año a pesar de las protestas de Israel y de la derecha norteamericana. Página 12 citó como intermediario de la operación al ministro de Defensa iraní, Husein Dehgan. Rusia tenía prohibida la venta de misiles luego de las cuantiosas sanciones económicas producto de la crisis desatada en Ucracia. Días después, la Presidenta argentina defendería la actuación de Putin en Ucracia contrariando a la ONU y a Obama.

Pero lo que omitió Página 12 mencionar fue el encuentro entre Putin con Hadi Soleimpanpour antes y durante la venta de misiles. Efectivamente el 24 de noviembre del año pasado, el ministro iraní mantuvo un afectuoso encuentro con el Presidente Ruso. La prensa rusa calificó el encuentro como el regreso de “una relación afectuosa” y beneficiosa para ambos países. Pero, ¿Quién es Soleimpanpour? Ese ministro iraní comenzó su carrera política en 1958 como embajador en España. En 1991 se trasladó a la Argentina y llegó a ser Director de las Naciones Unidas en 1995, poco después de la voladura de la AMIA. Su ascendente carrera política continuó en los sucesivos gobiernos iraníes. En la extensa investigación del destituido juez Juan José Galeano, Soleimpanpour figura decenas de veces.

De hecho en la resolución de Galeano del 5 de marzo del 2003 que, al llegar al poder, Néstor Kirchner, tomaría como propia, Soleimpanpour es señalado como uno de los funcionarios iraníes que se instalaron en el país para hacer inteligencia previo y organizar el atentado. Según Galeano en la página 34 de ese informe “se encuentra probado que una de las funciones de Mohsen Rabbani fue la de entrar en contacto con la comunidad musulmana existente en el país, coordinarla, dirigirla y organizarla hacia los propósitos u objetivos que tenía en miras la Revolución Islámica iraní”. Rabbani es defendido por Luis D´elia, aparece en las escuchas telefónicas presentadas en la denuncia con Nisman. En una de ellas se habla de un robo de cargamentos y armas a este sector. A la justicia no le pareció importante. 100 días después del asesinato de Nisman, las escuchas como la denuncia del fiscal Nisman, fueron desestimadas.

Uno de los sospechosos de ser el autor intelectual del más sangriento atentado en la historia argentina, continúa haciendo negocios con países socios de la Argentina y, posiblemente, con nuestro gobierno también. Hoy por hoy, Cristina defiende la “pista siria” y no cree en la investigación que involucraba a funcionarios iraníes. La explicación de Galeano es simple: “Plata, mucha plata”.


Galeano, autor de la investigación del caso AMIA, será enjuiciado y condenado antes de fin de año por encubrir la voladura. Nisman, su sucesor, está muerto. La verdad, parece enterrada.  

Columna de Luis Gasulla en Nadie Duerme. Conducción Damián Glanz Radio Ciudad 
Martes 28 de abril. 6 a 8 horas 

miércoles, 22 de abril de 2015

Estado S.A.: Persecución política en el Estado de todos y todas

Cada vez son más los empleados públicos que se sienten marginados por cuestiones políticas. La apropiación del aparato estatal por unos pocos. Una ONG, Juntos por el Trabajo en Libertad, propone la titánica tarea de nuclearlos y darle voz.
Ni Cristina ni Néstor inventaron nada. Los libros de historia están repletos de anécdotas sobre purgas en organismos del Estado encaradas por el presidente Juan Domingo Perón. Es más, las listas negras y persecuciones no comenzaron en los años ´40 pero, posiblemente se agudizaron en esa época. En ese sentido, el kirchnerismo fue un fiel exponente de lo peor del peronismo clásico. Las oficinas públicas también se dividieron entre fieles e infieles y la meritocracia, sentenciada de muerte. Este grupo de despedidos del Estado proponen recuperar la tradicional carrera administrativa.
En la agencia estatal de noticias denuncian persecuciones políticas bajo la gestión camporista de Santiago Álvarez, heredero del creador del “periodismo militante”, Martín García. Los jóvenes y poderosos gerentes van más allá y, a pesar de llenarse la boca denunciando la violencia de género y reivindicar a una Presidenta mujer, acosan compañeras. Una periodista que prefiere el anonimato denunció ante la justicia al gerente de audiovisuales de Telam por “cosificar a la mujer”, aprietes y “mandarme una patota integrada por pibes de La Cámpora que trabajan con él a insultarme”. La mujer mantuvo una relación durante un año con el gerente de Telam, Marcelo Rielo, hasta que la mujer quedó embarazada: “Me quiso obligar a abortar”. La denunciante terminó perdiendo el embarazo en su séptimo mes y, según su relato, nunca recibió un centavo del gerente. Rielo no quiso hablar del tema. La denunciante asegura que las puertas del periodismo en Telam y otros medios por los que trabajó, hoy le cierran las puertas por influencias de su ex pareja. No sería el único caso en Telam de violencia de género.
Parece una constante. Los jóvenes camporistas que pululan en el Estado ejercen el poder sin concesiones ni respetan reglamentos internos ni sindicatos. Silvina Martínez lo sufrió en la Auditoría General de la Nación y la terminaron echando por hacer su trabajo. Se ocupó de investigar la constitución de The Old Fun vinculada al escándalo Ciccone. La acusaron de ser cómplice del grupo Clarín. En la IGJ, el director también bajó los cuadros a lo Néstor Kirchner. “Mandó a sacar las fotos de los funcionarios de la época de la dictadura y citaba a los empleados de carrera amenazándolos para que actúen como él quería” recuerda Martínez. El hijo de desaparecidos, Norberto Carlos Berner dejó su impronta revanchista creyendo que hacía la revolución en ese organismo de control.
La fueron como a Fernanda Gil en Aerolíneas Argentinos presidida por otro camporista, Mariano Recalde. Gil trabajó en la aerolínea estatizada hasta que no le renovaron el contrato. El resto de sus compañeros sí tuvieron suerte. Casualmente, todos los demás eran militantes de la agrupación juvenil creada, supuestamente, por Máximo Kirchner. Víctor Maiola no quiso dejarle un diezmo a esa agrupación y también se quedó en la calle. La denuncia judicial por discriminación de Gil, auspiciada por Alejandro Sánchez Kalbermatten, puede marcar un antes y un después.
Griselda López Viegas tuvo problemas similares en la cancillería argentina. Su tragedia laboral comenzó cuando la joven Cecilia Nahón, también de La Cámpora, desembarcó allí. Cuando los “chicos” quieren ingresar al Estado, otros deben irse. Las situaciones parecen calcadas. Viegas nunca quiso asistir a las "charlas de adoctrinamiento" y era crítica de la bajada de línea. Hoy está desocupada. Otra de las fundadoras de la ONG, Graciela Bevacqua fue desplazada del Indec en los tiempos en que comenzaban a conocerse los desaguisados en las estadísticas oficiales. María Laura Haag le pasó lo mismo en Secretaría de Energía y Sandra Votta en la Cancillería de Héctor Timmerman.
¿Estás o no con el modelo? La incisiva pregunta con el que muchos empleados estatales deben lidiar amenaza con repetirse en el futuro con otro partido político en el gobierno nacional. Sería la peor herencia del kirchnerismo. Mientras tanto, los apretados de la “década ganada” insisten en refundar el Estado con otros valores.
 Por Luis Gasulla
@luisgasulla

domingo, 5 de abril de 2015

Nisman: La editorial a 60 días de su asesinato en AhoraNC

 60 días tardó el gobierno argentino en encontrar las razones perfectas para comprender la muerte de un hombre. 60 días en los que pasó de todo. 60 días en que la Presidenta de los 40 millones de argentinos pasó de decir que Nisman se suicidó a que lo asesinaron. 60 días en que Cristina pasó de denunciar a Jaime Stiusso a crucificar al informático Diego Lagomarsino. En dos meses, CFK negó que su ex marido, el Presidente Néstor Kirchner, había sido el responsable de nombrar a Alberto Nisman como fiscal especial para investigar el atentado a la AMIA a gritar que "lo pusimos nosotros". En 60 días, mataron a Nisman tres veces. Pero el fiscal sigue denunciando sus mentiras y sus pactos desde el más allá. Como si tuviese siete vidas. Como si fuese un gato.

House of Cards es, tal vez, la serie más controvertida del siglo XXI. La crudeza y oscuridad de sus protagonistas, salidos de la Casa Blanca norteamericana y del partido demócrata gobernante, no se andan con chiquitas. Son capaces de todo con tal de dominar la política local de una Nación que es la gendarme del Mundo. Su protagonista, el consejero que se convierte en vicepresidente de la Nación, finaliza el primer capítulo de la segunda temporada mirando a cámara en el baño de su casa tras lavarse la cara. Francis Underwood nos mira a todos nosotros y nos dice: "No gastes saliva llorando a la señorita Barnes. Todo gatito llega a ser gato. Al principio, son pequeños, inofensivos, beben su leche a lenguetazos. Pero en cuanto sus garras crecen lo suficiente hacen sangrar, a veces, la mano que los alimenta. Los que escalamos a la cima de la cadena alimenticia debemos ser despiadados. Hay una sola regla: cazar o ser cazado".

Me pregunto si nuestro jefe de gabinete vernáculo, Aníbal Fernández, mira House of Cards. Pero Fernández precede al ficticio Underwood que no siente culpa por haber empujado a la periodista que sabía demasiado hacia las vías del subterráneo. A Barnes le dio primicias, la utilizó en beneficio propio pero formó su naciente carrera periodística. Barnes no tuvo escrúpulos y se acostó con el ascendente político para sentir el poder de las noticias de primera mano. Zoe Barnes se acercó demasiado al cielo como Ícaro. La periodista de House of Cards voló demasiado rápido, desobedeció a su conciencia -a su padre, Dédalo, que le había advertido que no volara demasiado alto-. Alberto Nisman, perdón Zoe Barnes, no le hizo caso. Voló. Más allá de lo permitido. Voló sin importarle las consecuencias. Ambos buscaban, deseaban eso que se conoce como la verdad.

Underwood, el vicepresidente impiadoso y ¿ficticio? de los EEUU nos habla de gatitos que se convierten en gatos y que hacen sangrar la mano que los alimenta. Aníbal Fernández así explicó la supuesta traición de Alberto Nisman: "se gastaba la plata en minas y ñoquis", mientras se cagaba en las 85 víctimas de la AMIA. La Presidenta lo había justificado tiempo atrás: como el Estado somos nosotros, a él lo pusimos para investigar la verdad, pero no cualquier verdad, nuestra verdad. Ayer, el culpable era Irán. A partir del acercamiento a Chávez y a ese país, los culpables deben ser otros. Esa es nuestra la verdad. Hace siete días, Omar Pintos, decía aquí que para Néstor Kirchner había sólo dos tipos de personas: socios o esclavos. Nisman era un esclavo de esa verdad. Su revelación fue su sentencia de muerte. Revelación entendida como rebeldía y como una luz que lo iluminó ante la inmundicia del poder que él mismo sostuvo y conformó durante años. 

Underwood hizo lo que quiso con su periodista confidente. Cuando Barnes preguntó más de la cuenta, le dio el empujón necesario para que se callara para siempre. El kirchnerismo mansilla la memoria del fiscal asesinado, desvía la atención ciudadana hacia su vida privada y enfurece cuando le mencionan la palabra pacto y memorandum. La Presidenta y sus principales funcionarios involucrados en la denuncia de Nisman tenían un móvil para quitárselo de encima. Pero ¿quién fue el Underwood de Nisman? El 60% de la sociedad cree que al fiscal lo mató el gobierno. El 80% cree que nunca se sabrá la verdad. Esa verdad que quemó las alas de Nisman. Como las de íCaro.