¿Por qué Lucas Carrasco?

¿Por qué Lucas Carrasco?

Luego de la primera participación del ex bloggero kirchnerista, Lucas Carrasco, en mi programa radial Ahora es Nuestra la ciudad, un aluvión de críticas sin argumentos, insultos y agravios recibí por sumarlo al equipo periodístico.

Vale la pena responder la pregunta que origina esta nota: ¿Por qué Lucas Carrasco? Porque creo que el periodismo debe cortar, lastimar, provocar al que está del otro lado. Porque al kirchnerismo se lo investiga con información y se lo ridiculiza con humor y sacasmo, algo que este sistema político, adolece. Pienso que el creador de República Unida de la Soja posee un talento envidiable, la ironía de un batallón militante de colegas periodistas y humoristas juntos, formó parte del “relato”, se alejó y hoy está dispuesto a dar pelea desde otro lugar.

Carrasco no se casa con nadie, es irreverente y critica al sistema que integró por cuestiones nobles o no tan nobles pero que no las juzgo. No se enriqueció gracias a apoyar a un gobierno sino que lo hizo por convicción. Esa creencia también lo apartó de ese camino. Hoy muchos de sus ex compañeros, lo desprecian y otros, le ofrecen la información que ellos no se animan a difundir por temor al aislamiento que implica abandonar la “cadena de la felicidad”.

En mi corta carrera periodística me topé con periodistas con bellas intenciones pero nulo talento, grandes titulares pero sin consistencia práctica y personas que no coincidía, en absoluto, pero que respetaba por su pluma. Es el caso de Carrasco a quien invité al programa en momentos en que defendía como a su trasero al modelo “nacional y popular”. Vino y dio la cara siempre. No se escondió como tantos otros que se masturban debatiendo sólo entre sus aduladores.

En el verano, mientras coordinaba el desembarco de Ahora es Nuestra la ciudad en formato diario en FM Identidad, las conversaciones con el periodista se hicieron más frecuentes. Así es que Carrasco se sumó al programa, con los riesgos y beneficios que implicaba su participación. No es un tipo sencillo. ¿Acaso lo son genios literarios contemporáneos como Jorge Asís o el recordado Tomás Eloy Martínez? No estoy comparándolos pero Carrasco tiene la verborragia y el descontrol de un rock and roll star devenido en crítico social. Apunta y dispara al centro del poder real y, si encima está dispuesto a explotar sus virtudes y sus defectos, en el espacio radial que ocupo desde hace años, ¿cómo decirle que no?

En su primera intervención nos informó cómo fue el detrás de escena del “amague” de renuncia del jefe de gabinete de la Nación, las anécdotas con el Ministro Florencio Randazzo, un diálogo con Máximo Kirchner y pidió nombrar a la Presidenta “la reina del Facebook”. ¿Les parece poco? A Carrasco lo critican, lo toman por loco, por poco serio pero, cada vez que abre la boca, lo escuchan y molesta al poder de turno. ¿Raro no?

Durante esa breve hora en la que participó, el viernes a las 21 horas por FM Identidad 92.1, se nos ocurrió llamar al 0-800 de Presidencia de la Nación conocido como Precios Cuidados. El chiste no consistió en reírnos de un empleado, en este caso Sebastián, sino del sistema en sí, de su ridiculez y su nula función práctica. Carrasco se burló de sí mismo al consultar por los precios y disponibilidad de las cervezas –se conoce su afición a consumir alcohol en altas dosis- pero muchos oyentes y lectores no lo interpretaron de esa manera. La inmensa mayoría se río en silencio. La joda molestó al gobierno pues fueron ellos los que quedaron en ridículo. La historia continuará. Si Carrasco y el oyente nos acompañan.

Por Luis Gasulla

@luisgasulla